Mi hijo tiene dislexia, ¿y ahora, qué?

8 pequeños consejos que pueden ayudarte

Escrito por: María Benavent

Logopeda en Neuroteruel

Tu hijo acaba de recibir un diagnóstico. Tiene dislexia. Si miras atrás, es posible que recuerdes meses, e incluso años, en los cuales has sentido impotencia, confusión y una clara falta de información acerca de lo que podía estar ocurriéndole a tu hijo. Tuviste también el coraje de preguntar, buscar e indagar a través de todos los medios posibles para encontrar respuestas y te armaste de valor para, finalmente, acudir a un lugar específico donde pudiesen dártelas. No fue fácil, pero ya está. Ya tienes una respuesta. Ya tienes una explicación a todo.

Pero el proceso no acaba aquí y ahora pueden ocurrir varias cosas: puedes sentir un tremendo alivio: ¡al fin conoces qué es lo que le ocurre a tu hijo! o puedes sentir pánico e incertidumbre y pensar: “mi hijo tiene dislexia, ¿y ahora qué?”.

Supongo que el especialista que haya realizado el diagnóstico te haya explicado qué es la dislexia y cuáles son los siguientes pasos. Sin embargo, si este no ha sido el caso, mi intención en esta entrada, es darte una serie de consejos al respecto.

  1. En primer lugar: Respira. Vuelve a respirar. Ya sabes lo que ocurre. No pienses en todo lo que hay que hacer, sólo en el siguiente paso.
  2. Si no tienes un/a terapeuta de referencia, búscalo/a. Hay muchos profesionales que pueden intervenir en dislexia: logopedas, psicólogas/os, psicopedagogas/os, neuropsicológas/os, terapeutas ocupacionales… Eso sí, asegúrate de encontrar a una persona que tenga una buena formación al respecto, los profesionales tendemos a especializarnos en áreas específicas.
  3. Trata de comprender bien qué es la dislexia: pregunta, escucha, lee, busca una asociación de dislexia cercana al lugar donde vives… la comprensión de la dislexia es uno de los primeros pasos para poder ayudar mejor a tu hijo/a.
  4. Acude al colegio y cuéntales el diagnóstico que acaba de recibir tu hijo/a. Ellos tomarán las medidas necesarias (adaptaciones, reuniones de coordinación, apoyo…). ¡Ojo! A veces este punto puede parecer muy sencillo, pero debo decir que no lo es. Paciencia. En los coles a veces falta información al respecto y quizás haya que hacer varias reuniones de coordinación para encontrar las mejores soluciones posibles. Pero con voluntad, perseverancia y cariño puede conseguirse.
  5. Ponte en el lugar de tu hijo/a. Ya sabes que no es vago/a, que no es despistado/a, que no le cuesta hacer más los deberes porque no se esfuerza lo suficiente. Borra de tu cabeza cualquier pensamiento negativo al respecto y sustitúyelo por comprensión. Ayúdale también a entender mejor lo que le ocurre y a ganar confianza y seguridad en sí mismo. El apoyo y acompañamiento emocional debe ser, desde mi punto de vista, prioritario e incondicional.
  6. Confía en la intervención. En algunos casos, los resultados pueden ser a largo plazo y es posible que tu hijo/a necesite trabajar con un/a terapeuta durante las diferentes etapas de la escolarización.
  7. No es necesario que te conviertas en su terapeuta. Ya tiene bastante con el colegio y las sesiones de intervención. Disfruta de él/ella en el tiempo libre. Es un niño/a y necesita también tiempo para evadirse y divertirse.
  8. Ten en cuenta lo siguiente: la dislexia es para toda la vida, pero existen formas de idear nuevas estrategias que compensen las dificultades y siempre habrá algo que motive e ilusione a tu hijo/a. Siempre habrá puntos fuertes. Céntrate en ellos e incentívalos todo lo que puedas.

Al fin y al cabo, ¿quién te dice que las dificultades no puedan convertirse en POSIBILIDADES? 

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Hablemos de Dislexia… Primera Parte

Hablemos de dislexia… Segunda Parte

¿Qué trastornos se asocian a la dislexia?

EJEMPLOS DE ACTIVIDADES PARA TRABAJAR LA DISLEXIA

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