Seguimos con la información sobre los sistemas sensoriales, esta semana toca EL SISTEMA VESTIBULAR (SV en adelante). Ciertamente, tiene muchas funciones y, por tanto, es complejo. Está siempre activo de forma insconsciente mandando información a nuestro sistema nervioso para facilitar nuestro día a día. Es un sistema muy trabajador, ¿quieres saber por qué?
EL SV SE ENCARGA DE:
- Procesar la información del movimiento de nuestro cuerpo con respecto
a la gravedad e identificar si la aceleración es lineal, angular o rotatoria. De esta forma sabemos cómo estamos orientados en el espacio, lo cual da una información muy valiosa. Si vamos conduciendo es importante que nuestro cuerpo sepa que está sentado, que seamos conscientes de si vamos en línea recta o haciendo curvas, que notemos cuando nos ponemos en marcha y cuando no y que sepamos a que distancia estamos del coche de delante o del que viene por la rotonda, calculando así si podemos ponernos en marcha o no.
- Mantener la postura: nuestro SV envía información automáticamente junto con el sistema propioceptivo sabiendo así que vamos sentados, nuestros brazos están sobre el volante, nuestra cabeza está erguida y nuestro pie sobre el pedal. Pero, no necesitamos pensar en mantener los brazos en esa postura o el pie en el acelerador. Somos capaces de mantenerlo así gracias a la información que recibimos de forma automática… ¡nuestros sistemas sensoriales no se apagan!
- La orientación de la cabeza en el espacio: La información que envía el SV hace que mantengamos la cabeza en la posición correcta. Esto influye en la recepción e interpretación de la información relacionada con la altitud y la aceleración. Uno de los elementos que pertenecen a este sistema (en concreto el utrículo) debe mantenerse próximo al plano horizontal. Cuando esto varía nos lo hace saber y entonces se corrige esta postura. ¿Qué pasaría si cuando vamos conduciendo nuestra cabeza fuese cayendo poco a poco hacia los lados? Además de marearnos y tener dolor de cuello, estaríamos constantemente pendientes de esta situación para corregirla y poder
seguir atentos al resto de factores que influyen como peatones, otros vehículos y semáforos. Si esta función no estuviese correctamente activada, nos daríamos golpes en la cabeza cada dos por tres.
- Nuestro equilibrio: Supongamos que necesitamos sacar algo de la guantera. ¿Os imagináis que pasaría si cada vez que fuésemos a cogerlo, el cuerpo se venciera y cayese sobre el copiloto? ¿O si cada vez que damos un frenazo nuestro cuerpo no pudiese reaccionar recuperando la postura.
5. Favorecer control ocular: Cuando movemos la cabeza, los ojos se mueven con ella. Este reflejo, nos permite conocer el movimiento ocular y su dirección de forma que la imagen aparece dentro de nuestro campo visual. Imaginemos que cuando levantamos la cabeza para mirar el semáforo, los ojos no hiciesen ese movimiento de forma instantánea, que no existiese coordinación entre cómo se mueve nuestra cabeza y cómo se mueve nuestra mirada…
Además, el SV, se encuentra muy relacionado con el sistema auditivo puesto que los receptores se encuentran en el oído interno.
¿QUÉ CONDUCTAS OBSERVAMOS?
Podemos observar muchas reacciones relacionadas con las dificultades de procesamiento vestibular y son más cotidianas de lo que pensamos. Lee las siguientes frases, todas pueden tener relación con las dificultades en el procesamiento de la información vestibular.
“Es muy desastrado tomando apuntes”, “es muy lento copiando de la pizarra”, “no salta a la patacoja, “no aprende a recortar”, “costó mucho que aprendiese a ir en bici”, “siempre tengo que tirar de él cuando vamos andando”, “en el cole dicen que es muy vago, siempre está mal sentado y tirado encima de la mesa”, “parece que no oye cuando le llamo”, “se cae mucho”, “se desorienta con mucha facilidad”, “nunca se está quieto”, “no cruza la línea media”, “se marea con mucha facilidad”, “no sube ni baja escaleras solo”, “tiene mucho miedo a subir a un tobogán”, “no le gusta columpiarse”, “no tiene una mano preferida, lo mismo le da una que otra”, “se pasa el rato en el parque girando en el columpio y no se marea”…
¿CUÁNDO DEBEMOS ABORDARLAS?
En general siempre que observemos que el niño es flojo o que se cansa con mucha facilidad (hipotonía); que tiene dificultades en aquellas actividades que impliquen el uso ambas partes de su cuerpo; si se aprecia falta de atención; cuando existan problemas para secuenciar movimientos; si se observa un juego atípico o ausencia del mismo; si el niño es patoso o torpe. Cuando existe una limitación para desempeñar nuestras actividades de la vida diaria y ocupaciones, debemos consultar con un terapeuta ocupacional.
Las dificultades derivadas del SV, afectan a nuestro día a día. Todas las actividades que llevamos a cabo, implican: coordinación, control de los movimientos y la postura, cambios de posición… Es decir, necesitamos recibir, procesar y responder a la información de este sistema para poder ser independientes en nuestro día a día.
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