7 juegos propioceptivos

En la última entrada hablábamos del sistema propioceptivo y su importancia en el desarrollo pero… ¿cómo podemos potenciarlo? Aquí os dejamos 7 actividades divertidas que ayudan a mejorar el procesamiento de la información propioceptiva:

1.El sándwich: La alfombra será una loncha de pan. Una almohada grande o puf será la otra loncha de pan. ¿El relleno? ¡El peque! Irá moviéndose a rastras por la alfombra, nosotros lo perseguiremos con la almohada y cuando lo atrapemos tendrá que intentar escapar para que no nos lo comamos. El hecho de hacer fuerza para salir de la almohada, activará su sistema propioceptivo que, junto con el tacto profundo de la presión de ésta sobre su cuerpo, le ayudará a regular su alerta. OJO: no tapar la cara bajo ninguna circunstancia. Ejercer la presión justa para que tenga que esforzarse por salir pero pudiendo liberarse.

2. ¿Para tí o para mi?: Jugar a sogatira, o utilizar telas elásticas para estirar, es otra manera de emplear la fuerza contra-resistencia. Por ejemplo podemos enganchar a un mueble pesado (la cama por ejemplo) una cinta elástica. Poner en el extremo que queda cerca de la cama unas pinzas de colores o dibujos enganchados. En el otro extremo de la cinta, está el peque. Dibujamos una línea en sus pies para que no pueda moverlos de dónde está y… tiene que estirar de la cinta hasta conseguir todos los objetos del otro extremo

3. ¡Para ti!: Se dibuja una línea en el suelo. Una parte es “tu casa”, la otra la de tu hijo. Se cogen objetos pesados (pueden ser bolsas con ropa, una manta en otra bolsa, paquetes de legumbres, libros… depende de la edad del niño adaptaremos el peso) y se colocan unos cuantos en cada casa. El objetivo es llevarlos a casa del otro, el primero que se quede sin objetos gana. Otra opción es coger una pelota grande (de pilates). La ponemos en la línea y nos ponemos de rodillas. Cada uno debe empujar hacia la casa del otro sin mover el resto del cuerpo. Nuevamente estamos trabajando con la fuerza y presión profunda.

4. Saltando sin pararrrr: Cualquier juego que implique saltar (cama elástica, sobre un montón de almohadas, en un colchón, sobre distintas superficies…) favorecerá nuestro procesamiento.

5. Guerra de almohadas: Este juego nos permite desfogarnos, chafar al niño como en la actividad del sándwich, que coja cierto peso (mover una almohada repetidas veces haciendo fuerza, trabaja el músculo) y… ¡divertirnos!

6. Masajes: Un masaje con las manos o con vibración es una buena actividad para mejorar las sensaciones del cuerpo. Si bien es cierto que su componente principal es el tacto profundo, puede ayudar a recibir mejor la información de la musculatura ya que estamos manipulándola. También podemos ir nombrando las partes del cuerpo mientras las tocamos. Además es muy relajante.

7. El trepador: Ir al rocódromo o escalar el sofá si el niño es muy pequeño, son dos actividades geniales para trabajar la propiocepción. La fuerza contra-resistencia es una de las formas más productivas de recibir información de nuestro propio cuerpo.

 

NOTA: Cada uno tenemos unas preferencias. Estas actividades son sólo un ejemplo para trabajar la propiocepción, podemos adaptarlas para respetar los gustos de cada niño. Tengamos en cuenta que los juegos que impliquen fuerza contra-resistencia o tacto profundo son beneficiosos, a partir de ahí… ¡imaginación al poder!

Es importante que no olvidemos que todos los sistemas sensoriales hacen un trabajo conjunto y que, por ejemplo, el tono muscular no depende sólo del sistema propioceptivo, sino que está muy relacionado con el vestibular.

Por ello, es recomendable que leamos también sobre los otros sistemas sensoriales. Os dejamos aquí las entradas que hemos publicado sobre este tema.

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Propiocepción: ¿Dónde y cómo está mi cuerpo?

Sistema vestibular: me muevo y me coordino

Sistema táctil: tocar, coger, sentir- Parte I

Sistema Táctil: Tocar, coger y sentir – Parte II

¿Qué son las dificultades de procesamiento sensorial?

Hablemos de Terapia Ocupacional

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