¿Por qué PECS?

 

Tal y como hablamos en la entrada “La comunicación, mucho más que palabras”, existen una serie de sistemas aumentativos y/o alternativos de comunicación que pueden favorecer el lenguaje de aquellos niños o niñas (también adultos, por supuesto), que no cuentan con habilidades de comunicación funcional o éstas se encuentran limitadas.

En esta entrada quiero hablaros de la que, por evidencias y experiencia, utilizo con más frecuencia: Picture Exchange Communication System (PECS).

Ahora bien, es importante, antes de empezar, dar respuesta a una pregunta: ¿A qué me refiero cuando hablo de “comunicación funcional”?

Imaginemos un niño que quiere galletas. Explico tres situaciones que podrían darse:

Situación 1:

Pedro entra en la cocina. Su padre está cocinando, pero no lo busca ni lo mira. Va directamente a la caja de galletas y coge una.

Situación 2:

Pedro, que sabe perfectamente dónde se encuentra la caja de galletas, entra en la cocina, ve a su padre cocinando, pero no lo busca ni lo mira, intenta alcanzar él solo la caja de galletas. Su padre, al verle, alcanza la caja de galletas y le da una.

Situación 3:

El niño, llamémosle Pedro, aunque sabe perfectamente dónde se encuentra la caja de galletas, entra en la cocina, ve a su padre cocinando, si dirige a él y le dice: “Papá, quiero una galleta”. El padre le mira, se dirige a la caja de galletas, coge una y se la da.

En todas las situaciones, Pedro obtiene lo que quiere, una galleta. Pero, analicemos las diferencias. En la situación 1, el niño no necesita a nadie para conseguir lo que desea. Lo obtiene él mismo. En la situación 2, aunque Pedro no mira ni busca a nadie, su padre interpreta que Pedro quiere galletas y le da una. En la situación 3, Pedro busca a su padre y le dice que quiere una galleta, por lo que el resultado es que el padre se la da.

¿Dónde ha habido, pues, una comunicación funcional?

¡Exacto! En la situación 3 tenemos todos los ingredientes: en este caso, dos interlocutores (Pedro y su padre), la primera acción de uno de ellos (Pedro se dirige hacia su padre y le pide galletas) y el resultado a la primera acción dirigida hacia Pedro (el padre le da la galleta).

En el caso de aquellos niños que carecen de habilidades de comunicación funcional, o es necesario enseñárselas explícitamente, PECS me parece muy buen sistema.

¿Por qué PECS?

Cito aquí algunos de los argumentos que a mí, personalmente, me convencen:

  • Porque va destinado a aumentar y/o proporcionar comunicación funcional y espontánea (el intercambio lo inicia el niño, lo cual favorece la intención comunicativa).
  • Porque ayuda al desarrollo del habla y a menudo, reduce las intervenciones dirigidas al control de la conducta (por ejemplo: si un niño puede comunicar lo que quiere, es posible que no tenga una “rabieta” cada vez que quiera algo, tendrá un sistema a través del cual pueda pedir lo que desea).
  • Porque fomenta el uso de funciones comunicativas, como por ejemplo, el de petición (pedir algo que se desea) o comentar (compartir información sobre algo con otra persona), entre otras.
  • Porque la enseñanza parte de los intereses y motivaciones del niño.
  • Porque el uso de imágenes y/o pictogramas favorece que todas las personas puedan entender el intercambio. No sería así, por ejemplo, con los signos, mucho más restringidos, ya que ambos interlocutores deben conocerlos.
  • Porque se utilizan diferentes estrategias de enseñanza, reforzamiento, corrección de errores y generalización para enseñar cada habilidad.
  • Porque sigue de forma paralela el desarrollo típico del lenguaje. Primero, los niños aprenden las reglas de la comunicación y poco a poco, va ayudando a estructurar el lenguaje. A través de PECS, pueden llegar, combinando las imágenes, a construir frases complejas a nivel sintáctico, lo cual supone cierto esfuerzo y trabajo cognitivo.
  • Porque puede generalizarse a muchos entornos.
  • Porque enseña al niño a ser, de forma gradual, cada vez más independiente y autónomo en cuanto a comunicación expresiva, ya que se van retirando de forma progresiva todas las ayudas.
  • Porque permite llevar un registro y analizar con detenimiento los posibles errores y/o avances.
  • Porque puede emplearse no sólo con niños con trastorno del espectro autista, sino con cualquier persona que tenga dificultades en su comunicación.

Con todos estos argumentos no pretendo convencer ni afirmar que PECS es el mejor sistema, ya que existen muchos otros y cada uno de ellos, desde luego, tiene sus ventajas e inconvenientes, además de que cada caso es completamente diferente y es importante realizar un buen análisis para determinar cuál es el mejor sistema.

No obstante, sí que considero que, elijamos el que elijamos, debemos hacerlo con criterio, argumentar y justificar bien su uso y formar a todas las personas que van a ponerlo en marcha, que haya unanimidad y que las cosas se hagan bien. Estamos hablando de la comunicación de una persona, de sus palabras, de su voz. Es algo para tomárselo en serio, ¿no creéis?

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A continuación os dejo el enlace de varias entradas que escribí en su día sobre cada una de las fases de PECS.

¡OJO! Únicamente son un resumen (muy breve) de las fases, por lo que leerlas no supone saber aplicar PECS. La formación (si es la oficial mucho mejor), es necesaria para poder hacerlo, por lo que os invitaría, sin duda, a realizarla.

SISTEMA PECS- Parte 1

SISTEMA PECS- Parte 2

Sistema PECS- Parte 3

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