En estos momentos de confinamiento, vuestros hijos no van al cole y los centros donde recibían semanalmente sus terapias nos hemos visto obligados a cerrar para evitar y/o frenar el contagio.
Imagen de Gerd Altmann en Pixabay
Durante las últimas semanas nos habéis escrito y llamado para saber cómo continuar el trabajo que hacemos desde el centro en casa.
Mi idea con esta entrada es transmitiros CALMA y TRANQUILIDAD.
Es estupendo querer continuar el trabajo en casa y estamos convencidas de que, sin quererlo y si os paráis a analizar, ya estaréis empleando muchas de las estrategias que os hemos ido facilitando en terapia.
Porque la COMUNICACIÓN y el JUEGO siempre están presentes en vuestro día a día, y en estas circunstancias, en las cuales se dispone de más TIEMPO, seguro que mucho más.
Es momento de darse la oportunidad de hacer todo aquello que antes podíamos hacer en menor medida, y una de ellas, es DISFRUTAR (si bien aún más) de cada momento que pasáis con vuestros hij@s. Así que mi idea es recordaros algunas estrategias que os ayuden a que la comunicación con ellos sea más eficaz, fluida y divertida en vuestras rutinas diarias.
Ahora bien, ¿qué es una rutina?
Una rutina es una actividad específica que haces de forma repetida con tu hij@ cada día.
De esta manera, una rutina:
- Tiene siempre pasos específicos
- Siempre va en el mismo orden: empieza y acaba siempre de la misma manera.
- Se repite muchas veces.
- Cada persona que participa en ella tiene un rol determinado.
Piensa en una rutina diaria que lleves a cabo con tu hij@. Te doy algunos ejemplos:







¿Cómo puedes utilizar esa rutina para favorecer la comunicación con tu hij@?
Es mucho más sencillo de lo que parece. Pongamos que has elegido una canción que cantáis siempre antes de iros a dormir.
Antes de ejemplificar, es importante tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Tu hij@ debe conocer la canción previamente, porque es algo que se ha repetido muchas veces en el tiempo.
- Hay que establecer las metas de comunicación que pretendas conseguir, es decir:
¿Quieres fomentar que tu hija/a te pida la canción llegado el momento?
¿Quieres que sea capaz de pedirte más?
¿Quieres trabajar los turnos en la interacción?
¿Quieres que imite?
¿O que sea capaz de repetir o decir determinadas palabras?
Hay infinidad de metas, y ellas van a depender del estilo de comunicación que tiene tu hij@ y de su nivel de comprensión y de expresión.
Vamos paso por paso con un ejemplo concreto:
Antes de ir a dormir a tu hijo le gusta escuchar la canción de Pimpón es un muñeco.
Imagina que has marcado las siguientes metas:
- Que tu hij@ diga una serie de palabras (seleccionadas previamente).
- Que imite y comprenda gestos de acción.
- Que te pida más al finalizar la canción.
Estos podrían ser los pasos específicos de la interacción:
Tu hij@ debe conocer el momento en el que va a tener lugar la rutina. Para ello, puedes utilizar un gesto, un muñeco que se parezca a Pimpón, una imagen con un muñeco de cartón o la palabra Pimpón. Continúa cantando, haciendo los gestos de las acciones. Si Pimpón se lava la cara, haz el gesto de lavarte la cara, si Pimpón se peina, haz el gesto de peinarte… En este caso, si tu hij@ no sabe imitar los gestos, puedes ayudarle a ello, cogiendo sus manos y realizándoselo tú. Día tras día, puedes ir retirando la ayuda hasta que sea capaz de hacerlos por sí mism@.
Previamente has seleccionado, por ejemplo, las palabras: muñeco, carita, agua, jabón, mano, amigo. Cuando llegue el momento de la canción en el que haya que decir alguna de estas palabras, haz una pausa, pon cara de expectación y espera que tu hij@ tome su turno para decirla. Si no la dice, no pasa nada, continúa la canción, pero sigue intentándolo la próxima vez. La repetición de la rutina cada día favorecerá en gran medida la consecución de esta meta.
Finaliza la canción siempre de la misma manera. En la repetición de “Pimpón, pimpón, pimpón” puedes por ejemplo, dar palmadas cada vez, hacerle cosquillas , o decir Pimpón dos veces y esperar que tu hij@ diga la última…
Si es una rutina que a tu hij@ le gusta mucho, querrá volver a hacerla. Así que hazla todas las veces que te la pida. Puedes esperar que te pida más, mediante un gesto, el intercambio de una imagen, un sonido, la palabra “más” u oraciones como “quiero más”, “otra vez”…
Esto es sólo un ejemplo. Hay infinidad de interacciones que se dan en el día a día y que pueden aprovecharse para fomentar la comunicación con tu hij@.
Tú, que lo conoces bien, seguro que eres capaz de buscar momentos en el día en los que COMUNICAR, COMPARTIR, APRENDER Y JUGAR vayan de la mano.
Y si no, siempre puedes consultar a tus terapeutas de referencia.
Para eso estamos.
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Referencias:
- Pictogramas de Arasaac, Portal Aragonés de Sistemas Aumentativos y Alternativos de Comunicación
- J. Peper y E. Weitzman. Hablando nos entendemos los dos. The Hanen Program.